CAPITULO II




Si la inocencia en el hombre es algo negativo, en la mujer es la esencia de la vida.

" Soren Kierkegaard "






Días después seguimos saliendo juntos, a desayunar o a comer, pero dentro de la plática siempre tocábamos el punto de las ataduras y la sensualidad de estar atado. (La práctica del bondage en lo personal es atar a la sumisa y hacer sentir las sensaciones más ocultas de ella, explotarlas al máximo hasta llegar al clímax del orgasmo, despertar sus cinco sentidos y sensibilizar sus partes erógenas) ella a su vez se mostraba más interesada en saber el cómo y que se sentiría.

En un día como cualquiera salimos a comer a un restaurant, todo iba bien hasta que terminamos de ingerir nuestros alimentos, ella se me quedo viendo fijamente... desafiante y le pregunte que si estaba bien y ella solo guardo silencio, un muy largo silencio, y cuando decidió decir algo, dijo “quiero que me enseñes como lo haces, llévame contigo y as de mi lo que quieras, te lo pido por favor... te lo suplico, pues ya no aguanto más, desde que estoy contigo no hago más que imaginarme lo que harías de mí ya atada, todas esas ideas tuya las traigo conmigo día a día, por las tardes y peor aún … de noche, no sabes que noches paso, son insoportables“ yo la mire un poco desconcertado ya que no pensé que me lo pidiera tan pronto, pensé que necesitaríamos conocernos un poco más. Ella una mujer muy bien formada de 27 años, 1.75 mts de estatura. Cabellera rizada, de rostro afilado, piel morena, rostro hermoso y forma voluptuosas, labios delgados, pero bien definidos, ojos negros y de una mirada muy profunda, casi desafiante. Yo ya esperaba esa invitación ya que a mí también me gustaba, y aun mas, ya la soñaba desnuda y atada. (Esa exquisita sensación de tener a una persona totalmente indefensa, atada, de saber que tú puedes hacer lo que quieras y hasta donde quieras con ella … sin que ella pudiera ni siquiera gemir, ya que la boca la tendría tapada con una mordaza de bola negra), la vi fijamente y le pregunte "está segura de lo que me estas pidiendo" y ella con aplomo y con una actitud bien desafiante me contesto "si" y ya no dije más. Me puse de acuerdo con ella para esa primera vez, después de esto me pareció ver sonrojado su rostro y creo que el mío también de la emoción que me embargaba de imaginármela atada.

Llego el día en que tendría que salir con ella, la cite a las 6:00 pm en un poblado muy campestre donde había un hotel muy acogedor, en ese lugar había clima muy fresco. Prepare mi material que usaría ese día, saque una maleta negra y ahí deposite varios metros de cuerda de algodón de un grosor mediano, una seda negra, una mordaza de bola negra, un vibrador, un cirio azul cielo, una rosa blanca, incienso y unas pastillas de menta concentrada. Pude llevar más cosas, pero decidí hacer algo sencillo, por ser la primera vez. Salí  5:30 pm en mi intrepid rojo cereza, llegue a una esquina, en ese lugar debería yo de esperarla, pero ella ya estaba ahí de pie, todavía recuerdo de como iba vestida, traía un vestido negro largo y entallado el cual solo dejaba ver sus zapatillas negras, ese vestido estaba muy pegado a su cuerpo resaltando sus senos voluptuosos, pero más me sorprendió el atado de dicha prenda a los costados de su cuerpo, en los cuales se podía ver con toda claridad el hermoso color de su piel morena, su cabello negro, frondoso y suelto (he de decir que el día que nos pusimos de acuerdo, le puse como condición que para este día, se pusiera zapatillas negras) y que decir de su perfume… a su perfume con olor a vainilla, vaya contradicción para el mundo del bondage o bdsm. Después de que ella subió, no cruzamos miradas y se hiso un silencio tenso pero agradable, pues eran los nervios de saber que iba a pasar esta, la primera vez.


Llegamos en 30 minutos al lugar, descendimos del auto y entramos al hotel tipo cabaña. la gente no dejaba de verla, sin duda les gustaba. Ya en el interior de la recamara, el ambiente se torno un tanto tenso, ella se sentó en la cama y se quiso quitar la ropa, pero la detuve, y le dije "No quiero que te quites la ropa aun, solo te la quitaras cuando yo te lo pida…" y continúe "quiero que te sientes en el sofá y te relajes, acomódate y disfruta el momento" di media vuelta y camine a donde había dejado mi mochila negra, de ella comencé a extraer y a ordenar mi material que había traído, ella observo con asombro lo que de mi maleta extraía, ya una vez presentado mi material, di vuelta y me dirigí al baño, para cambiarme de ropa y ponerme una de color negro. Al yo salir del baño, ella con una cara de desesperación me pregunto “que va a pasar ahora”  voltee y le dije “de todo, tu arrodíllate al centro de la habitación y has todo lo que yo te diga" en ese momento ella se levantó del sofá y se dirigió al centro de la habitación, se paró y luego se arrodillo, después fui junto a mi mochila y tome el cirio azul, me dirigí a ella y se lo di junto con un encendedor y le dije que lo encendiera, así ella lo hiso, después le ordene que lo depositara en el piso, ya hecho esto, fui a tomar una rosa blanca que deje a un lado de mi mochila y se la di, a lo cual le dije " tómala con las dos manos y quiero que estés de frente siempre a ese cirio azul y con la cabeza inclinada ante el" también tome de mi mochila los inciensos y los coloque en cada esquina de la pequeña sala,  fui nuevamente a mi mochila y tome una seda negra  y camine hasta ella para colocarme detrás, y con mucha delicadamente le cubrí los ojos, después de esto le ordene ponerse de pie, le pedí la rosa, ella me la dio y la coloque a un lado de nosotros, entonces comencé a recorrer con mis manos su cuello, hombros, explore su cintura, recorrí morbosamente sus piernas hasta llegar a tocar sus zapatilla color negro. me incorpore y me acerque a su oído y con una voz muy firme le susurre al oído,